Nueva superpotencia con autonomía energética
China construirá Eurasia con gas del Mediterráneo. Ingentes reservas garantizan su ascenso en el escenario mundial.
El primer mensaje de China fue militar: hace dos semanas estableció importante contingente en Siria para apoyar a Rusia. Luego dio a conocer descomunal inversión de 10 trillones de dólares para unificar Asia y Europa con infraestructura en vías de comunicación. La Ruta de la Seda ampliada dará paso a un megacontinente. Los ricos yacimientos gasíferos serán la garantía de tal apuesta.
China habla el lenguaje bélico y comercial con fluidez. Hace dos semanas envió a Siria un par de contingentes de fuerzas de élite, apertrechados con potente armamento ofensivo. De acuerdo a las primeras informaciones, la justificación responde a un “apoyo militar a Rusia”.
Los medios occidentales aún no han informado sobre esta movida china. Están más enfocados en ese amago de conflicto en Corea del Norte y han descuidado la cobertura informativa en Siria. Pronto le prestarán atención a este nuevo frente.
¿Qué motivó a la poderosa China interesarse en esta región? Son varios factores. Primero, una notificación internacional sobre el predominante peso específico como potencia mundial. Segundo, un paso decisivo para afirmar la reapertura de la famosa Ruta de la Seda, pero en versión ampliada: integración de Europa y Asia, la Eurasia que anticipó George Orwell.
En tercer lugar, sella la alianza con Rusia y hace suyo el apoyo al presidente sirio Bashar al Assad. Cuarto, asegura una fuente gasífera de enorme magnitud, con la opción de convertirse, en comunión con su aliado ruso, en el más grande operador comercial de energía en tres continentes: Asia, Europa y África. Ese gas natural será la garantía de la cuantiosa inversión para la configuración de Eurasia. Y, sobre todo, le otorgará independencia energética, elemento indispensable para cualquier potencia en expansión.
PASITO A PASO
La movida militar opera como un respaldo real a las siguientes fases del plan de expansión. China, fiel a su estilo milenario, avanza paso por paso. No se desgasta en conflictos simultáneos y prefiere la discreción. Así llegó el día menos pensado a Siria y ahí se quedará por un largo periodo.
El analista Alexandr Mondragón ha ofrecido una vasta información sobre el significado de esta operación. Son imperdibles sus seis mil palabras para entender el completo significado de esta nueva etapa en las relaciones internacionales. (La Muralla Invisible)
EURASIA: LA RUTA DE LA SEDA AMPLIADA
La segunda fase es más compleja y teje un entramado comercial y geopolítico de vastas consecuencias. China no solo ha puesto el pie en Siria para despejar la famosa Ruta de la Seda. No, ahora apuesta para una integración de Europa y Asia (Eurasia) a través de una inversión equivalente a 10 trillones de dólares.
Para tener una idea de la magnitud de esa cifra, hay que recordar que el presupuesto anual de Estados Unidos bordea los 3 trillones de dólares y su PBI los 15 trillones de dólares.
Esa masa monetaria –en una divisa aún no revelada que además pretende desplazar al dólar– servirá para construir infraestructura en vías de comunicación, polos industriales, plantas de energía, nuevas ciudades. En fin, todo aquello que sirva para desarrollar ese largo trazo que saldrá de China y llegará a Italia.
Los recursos serán administrados por bancos chinos, privados y públicos, también por el regional Banco Asiático de Inversión de Infraestructura (AIIB) y el Fondo de la Ruta de la Seda. La información de Federico Pieraccini es ilustrativa para entender esta nueva apuesta (Diez trillones).
LA MADRE RUSIA
El otro poderoso mensaje de China al resto del auditorio mundial es el pacto con Rusia que –desde el punto de vista geográfico– es la base de esa integración con Europa.
Xi Jinping empoderó a Vladimir Putin. También selló una alianza político-militar como nunca antes ha conocido la humanidad. Dos de los más poderosos ejércitos del mundo avanzan al compás de una misma marcha marcial.
Estados Unidos y Europa (OTAN- Tratado del Atlántico Norte) aparecen empequeñecidos ante esta nueva fuerza conjunta.
ABUNDANTES RESERVAS DE GAS
Por último, aunque de una importancia esencial, la presencia china en Siria obedece a un vasto plan de aprovisionamiento y comercialización de una enorme fuente de energía: gas natural. Ese será también el respaldo económico para los 10 trillones de dólares para construir Eurasia.
La cuenca del Mediterráneo, en el Oriente Medio, representa un yacimiento de 900 TCF. Ahí están, además de Siria, Líbano e Israel. Solo para tener una idea de la magnitud de esa cifra, el Perú tiene reservas probadas de 16 TCF. Camisea explota y comercializa gas natural con reservas de 6 TCF. Las comparaciones pueden resultar ofensivas.
Muy cerca de esa zona hay dos países con abundante gas: Irán e Irak. Ahora se entiende con mayor facilidad las causas de las disputas militares en esos territorios desde principios de los 90. La máscara de guerra religiosa cayó y apareció el verdadero rostro del conflicto.
Pero volvamos al tema. China garantiza la extracción de esos recursos, el procesamiento industrial y transporte, a través de poliductos, hacia el principal mercado: Europa. Rusia lo intentó de manera solitaria y fracasó. Solo pudo poner en operación uno de los cuatro ramales que planeó: el North Stream, que atraviesa el Báltico y llega a Alemania.
Con esa experiencia, los rusos, de la mano con China, bloquearán el proyecto Nabuco, un gasoducto que Estados Unidos y Arabia Saudita idearon para sacar su propia producción y el gas de Qatar al Viejo Continente. Bajo la nueva configuración tanto árabes como qataríes tendrán que pasar por el tubo sino-ruso. Forzar otra opción implicaría un suicidio.
Una vez establecido el nodo en Siria, rusos y chinos avanzarán hacia África, donde hay otras reservas importantes: Nigeria y Argelia, para empezar.
¿HAPPY END?
El ascenso de China como primera potencia mundial, desplazando de esa ubicación a Estados Unidos, ya es un hecho. La historia marcará el 24 de noviembre de 2017 el día en que ello ocurrió. En esa fecha pusieron las botas en Siria y trazaron una marca divisoria: quienes los sigan obtendrán los beneficios de esa iniciativa. Los otros perderán el tren chino-ruso de la historia.
Lo que viene por delante aún está por dibujarse con precisión en los próximos años. Por lo pronto, en 2018 está fijada la culminación del gasoducto que proporcionará el fluido ruso a China. Las reservas de Rusia bordean los 600 TCF.
Esa independencia energética le permitirá a China mirar con más tranquilidad el futuro. A los rusos les dejará cuantiosos beneficios económicos además de una relación provechosa con el nuevo líder del Siglo XXI.
¿Qué hará la “Superpotencia Indispensable y Faro de la Libertad”, según formato Hollywood? Se abren las apuestas.
*Periodista y editor del blog: www.unavozunavez.blogspot.com