Los primeros españoles que llegaron a las costas de América intercambiaron espejitos por oro, baratijas por joyas. Ahora son dos expresidentes de España realizando la misma operación con los vasallos de esta parte del continente, aunque en esta ocasión ellos ofrecen palabras a cambio de privilegios impensados. 

Ambos tienen el soporte del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), además de compartir el honorífico título de expresidentes de España, nada menos. 

José Luis Rodríguez Zapatero apoya sin sonrojarse al abominable régimen de Nicolás Maduro y Felipe González Márquez aparece con un aparente punto de vista crítico.

Hasta ayer, cuando El País de España publicó la columna de Felipe González, todo el mundo consideraba que entre ambos exmandatarios había algún conflicto intelectual y moral sobre la actuación de cada uno en el espinoso caso venezolano. Pero, no. Uno es ingenuo hasta que los pillos cometen el error de sacarse el antifaz.

Como decía, ayer sábado 1 de abril de 2017, Felipe González se quitó la careta. En unas breves pero certeras líneas comenta la ruptura democrática en Venezuela por la disolución de la Asamblea Nacional (Parlamento o Congreso en otras realidades). Pero en su comentario el nombre de Rodríguez Zapatero es omitido sin vergüenza alguna.

Para el buen Felipe González la crisis democrática existe, pero no puntualiza que uno de los primerísimos actores en su dañina prolongación es nada menos que Rodríguez Zapatero. Y ya sabemos que durante su gobierno, este sujeto que hundió a España en una tremenda crisis económica, fue obsecuente con Hugo Chávez.

Por tanto, el PSOE aparece como ese Jano de dos caras, símbolo universal de la hipocresía. Hacia un lado colaborativo aparece Rodríguez Zapatero, en el sector crítico figura Felipe González. Pero en realidad ambos están en el mismo barco y como los antiguos españoles ofrecen discursos edulcoradas a cambio de tesoros ignotos.

Lamento haber caído en la trampa propagandística que promovía a Felipe González como un estadista modelo y un hombre impecable. Los millones de venezolanos hambrientos y en proceso de deterioro por falta de medicamentos me impide continuar con la leyenda de ese supuesto socialista que tuvo el tino de continuar el buen trabajo iniciado por Adolfo Suárez.

Por suerte, un miserable compulsivo como José Luis Rodríguez Zapatero jamás pudo engañarme y ahora el mundo hispano sabe de qué mala madera está hecho. En su caso, Felipe González, el proceso será más lento. Pero recuerde que la buena imagen que pretendió conservar ha sido devastada por usted mismo.

Por último, sí resulta una coincidencia extraña que usted firme su nota desde Colombia, el principal país productor de cocaína del mundo, vecino de mi patria, Perú, el principal productor de hoja de coca del planeta.

También resulta sorprendente que Rodríguez Zapatero sea el escudero de un régimen nefasto asentado en la estratégica Venezuela, considerada la principal zona de distribución de cocaína de esta parte del continente.

Los dos expresidentes del PSOE y los dos expresidentes de España tienen un gran ascendiente en la zona más contaminada por la producción y tráfico de drogas. Como para pensar que las coincidencias existen y vaya que existen.

En salvaguarda de cualquier pensamiento insano hacia mi persona, me someto a cualquier test toxicológico para verificar si he caído en ese tenebroso mundo de la cocaína y sus derivados, que por esa razón estoy con un ataque de paranoia o de pensamientos turbios.

Invito también a Felipe González y a José Luis Rodríguez Zapatero, si lo consideran pertinente, a realizarse uno de la misma naturaleza. La única condición que solicitaría para este examen antidopaje público es que sean cualitativos y cuantitativos, de tal forma que no quede duda de sus resultados.

*Periodista y editor del blog: www.unavozunavez.blogspot.com